Capítulo 4: Acostumbrarse

- Bueno, puede que no haya sido mucho rato pero me he despertado con hambre. ¿Hay algo de comida hecha?

- Si, ha sobrado un poco de pasta. –Me dijo sonriendo– No te levantes, ya te lo traigo yo.

- Ray, no voy a comer en la cama, además, ya me encuentro mejor.

- Okay, pero no te levantes muy deprisa no vaya a ser que te vuelvas a marear.

- Vaaaaale… –Asentí con la cabeza refunfuñando.

Ray se fue a la cocina a calentarme el plato de pasta, yo estuve un rato más en la cama. Me dolía mucho la cabeza, me estaba saliendo un chichón enorme.

- ¡Frank! ¡Ya está la comida! –Me gritó Ray desde la cocina.

Me levanté despacio de la cama y fui a la cocina. Olía genial, espaguetis a la carbonara. No se como los hará pero son los mejores que he probado, aunque también es cierto que no he probado muchos más aparte de los suyos. Me senté en mi silla y acerqué la nariz al plato inhalando el delicioso olor. El olor hizo que me entrase más apetito por lo que no pude esperar ni un segundo más. Empecé a comer, rápido pero saboreando cada trocito de beicon y cada espagueti. Cuando el plato ya estaba vacío me bebí mi vaso de cola y eructé fuertemente.

- ¡Frank tío! No seas guarro… que te tires eructos no es nada agradable.

- No me lo he tirado, se me ha caído, la vida no está como para tirar las cosas.

Ambos nos empezamos a reír. Paré un momento, cogí aire y me puse un poco serio. Pensé que era el mejor momento para contarle a Ray lo de Gerard.

- Ray, creo que me gusta Gerard.

Se quedó con la boca abierta. Era normal, esta vez no era igual que las otras, más que nada porque las otras veces las personas que me gustaban eran chicas. Gesticulaba con la boca y las manos pero no conseguía decir nada. Al cabo de un rato empezó a hablar.

- Pero… pero Frank, tú no eres gay, te gustan las chicas, es que incluso no hemos colado en el vestuario de las chicas a robar sujetadores, nos hemos colado en la sección para mayores de 18 en el videoclub, tienes un poster de una tía semidesnuda en la habitación, y también hemos…

- Lo sé –le interrumpí con voz apagada– pero las personas pueden cambiar. No digo que todas las cosas que todo esto que acabas de contar no me haya gustado, todo lo contrario, pero es que lo que siento en estos momentos no lo he sentido nunca.

- Frank, párate a pensar, a Gerard le has conocido hoy, no puede gustarte. Lo más seguro es que te estés equivocando, es prácticamente imposible que en una mañana pases de ser heterosexual a conocer a un chico y volverte gay.

- Ya lo sé, pero es que es algo raro. ¿Y si en realidad hace tiempo que soy gay y no me he dado cuenta? No se Ray… hay algo en él que no he visto nunca en una chica, él es diferente.

- Claro que es diferente, ¡es un tío!

- Ray te estoy hablando totalmente en serio, a lo mejor ahora no me gusta mucho o casi nada, pero estoy empezando a sentir algo por él.

- No se que decirte Frank, todo esto es tan… extraño. –Dijo agachando la cabeza.

- Joder Ray, ni que fuese algo malo.

- No es que sea algo malo, es que es algo raro. Yo no te imagino con un chico.

- Vamos que no te mola que me guste Gee.

- ¿Gee? Frank ten mucho cuidado con lo que haces.

- ¡¿Cuidado?! Ray, que tengo casi 17 años, sé perfectamente lo que tengo que hacer, a si que no me digas que tenga cuidado.

- Frank, ¡que solo le conoces de hoy y ya le llamas Gee! Me apuesto lo que quieras a que solo le llaman así en su casa.

- ¿Y que? ¿No existe el amor a primera vista? ¿No le puedo llamar por su diminutivo?

- Si, en lo del nombre te doy la razón, pero no creo que estés enamorado, y en el caso de que lo estés, vas muy rápido, y si algo fallase creo que lo pasarías muy mal.

- Mira, ¿sabes que? Paso, piensa lo que quieras, yo me piro.

- ¿Qué te vas? ¿A dónde?

-  A donde me de la gana, adiós.

- Frank espera.

Salí del apartamento cerrando fuertemente la puerta. Ya era de noche. Agaché la cabeza y comencé a caminar, me sentía incomprendido y solo, aunque la verdad es que no me entendía ni yo, tenía un cacao impresionante en la cabeza. Me dirigía al parque de enfrente cuando una voz conocida me llamó. No era la de Ray, por lo que giré la cabeza para ver quien era. ¿A que no lo adivináis? Si, era Gerard.

- Frank, ¿ocurre algo? He oído gritos, y después el portazo, y… –dijo éste algo preocupado.

- No, no pasa nada, es que Ray se ha enfadado porque se me había olvidado decirle que habían llamado a casa preguntando por él. Al parecer la llamada era importante y hemos tenido una pequeña discusión.

- Ahh… menos mal, cría que era algo grave.

- ¿Y tú? ¿Qué haces aquí? Ya es de noche y hace un poco de frío.

- Necesitaba estar solo un rato.

- Bueno yo también, a si que mejor ya nos veremos en otro momento.

Si, lo sé, fui borde y él no se lo merecía, no tenía la culpa de nada.

- Okay… de todas formas, si cambias de idea, estaré aquí.

- Lo siento, no pretendía ser grosero, es que no estoy de muy buen humor.

- No importa, estoy acostumbrado –después de decirme esto soltó una sonrisa muy simpática.

- No deberías acostumbrarte a este tipo de cosas.

- Ya, pero tengo un carácter muy blando y es lo único que puedo hacer, acostumbrarme.

Continuará...

Como ya dije, le ha salido un buen chichón y nada más ^^ Bueno, estoy intentando que los capítulos sean un poco mas largos, pero es que solo escribo en huequecitos y en clase de filosofía xD aparte de eso, mil perdones por haber tardado en subir este cachitín, pero esque también tengo que encontrar huecos libres para poder pasarlo al ordenador u.u A ver si hay suerte y para la semana que viene consigo tener preparado algo mas =) Un saludo muy grande! :3

PD: comentad please, aunque sea culquier tontería, pero me gusta saber la opinion de la gente, tanto para bien como para mal. =)