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miércoles, 17 de agosto de 2011

Capítulo 8: "Grupo"

- Ray – le dije con la cabeza agachada.
- Dime Frank.
- Alguien se ha chivado de lo de la pelea y…
- Y te han castigado.
- Me han expulsado.
- Joder Frank… ¿Cuántos días?
- Tres.
- Es que Frank, cada vez que alguien se mete contigo o con alguno de tus amigos no tienes que lanzarte hacia esa persona y liarte a puñetazos.
- ¿Y qué es lo que pretendes que haga? ¿Quedarme de brazos cruzados? Puede que en otras no, pero en esta ocasión si no intervenía o hacía algo, Gerard, Mikey o los dos iban a acabar mal.
- Si nos hubiesen pegado, a lo mejor alguien también se habría chivado y le hubiesen expulsado solamente a él, y seguramente que más días. – dijo Gerard defendiendo la opinión de Ray – Sin embargo, por habernos defendido de llevas tu también todo el marrón.
- Me da igual haberme llevado yo todo el marrón, por lo menos a vosotros no os han hecho nada…
- Y te lo agradezco mucho, Frank. – respondió Gee como si se sintiese mal por ello.
- Pues ya está, todo arreglado. Estos tres días los aprovecharé para hacer cosas en el apartamento.
- Más te vale… – dijo Ray con el ceño fruncido.
- Te lo prometo Ray. Cambiemos de tema: Bob me dijo de quedar el viernes para tocar un rato.
- ¿Si? La verdad es que tengo unas ganas tremendas. Mi guitarra me hecha mucho de menos, y además, me viene bien un descansito, estoy harto de estudiar.
- Por cierto Mikey, me ha dicho tu hermano que tocas el bajo. Si quieres puedes venirte para tocar algo con nosotros. – y seguidamente le guiñé un ojo.
- Pues… si, hace algunos años que empecé a tocar. No se me da muy bien, pero me gusta. – sonrió tímidamente – Me encantaría tocar con vosotros el viernes.
- ¿Que no se te da muy bien? No me puedo creer que digas eso. Mikey, tocas el bajo desde que eras muy pequeño, ¡Y se te da genial! – contestó Gerard muy orgulloso de su hermano.
- Bueno… a ti también se te da bien cantar pero aún así dices que no cantas bien, simplemente lo haces porque te gusta, sin importarte lo que opinen. – añadió Mikey firmemente. Ese pequeño era tímido, pero dejaba las cosas claras.
- ¿Yo? Que va… – dijo Gee frotándose la cabeza algo nervioso.
- ¿Gerard? ¿Cantas? ¿Y porque no me lo habías dicho?
- Porque, como acaba de decir Mikey, no me parece que canto bien.
- ¡Si tenemos un montón de canciones compuestas y grabadas! Aunque son solo con el bajo y la voz de Gerard… les falta algo de fundamento pero me gustan. Frank… se me acaba de ocurrir una cosa… ¿Y si Gerard canta con nosotros el viernes? – me dijo Mikey emocionado.
Lo habia soltado todo en un momento. Era canijo un poco bocazas, y eso es que había hecho que me encantase, hay muy pocos chicos como él y en muy poco tiempo ha conseguido que me caiga realmente bien.
- ¡Por supuesto! Además, justo nos falta un vocalista y un bajista para completar el grupo. – le respondí de inmediato.
- Frank, no te precipites, habrá que hacer algunas pruebas de sonido y ver que tal van…– Ray, siempre tan perfeccionista y cortarollos, pero algo de razón tenía.
- Pero Ray, si nuestro “grupo” es solo para pasar el rato, no es nada profesional – dije intentando poner alguna escusa para que pudiesen tocar con nosotros sin rodeos, pero en realidad yo sabía que a Ray le gustaría que el grupo creciese y que llegase a algún lado. – a si que mejor hablamos directamente de las canciones que podemos tocar, para así el viernes ponernos enseguida a ensayar.
- Mmm… bueno… como quieras. – Ray es fácil de convencer, y esa creo que es una de las razones por las que nos llevamos bien ya que yo soy el tio más cabezota del mundo.
- Pues lo dicho. Mañana hablamos de las canciones, ¿vale chicos?
- Okay – respondieron los tres al unísono.
- Llegamos a casa. Todo esto me había puesto de buen humor, tanto que se me había olvidado por completo todo lo de la expulsión. Ray se fue a la cocina a preparar la comida. Mientras tanto yo me fui a ver a Pansy, mi bonita y preciosa Pansy, a la que hacía tiempo que no la tocaba. Durante las últimas veces que la toqué estuve componiendo una canción. No sabía mucho sobre cómo componer, nunca fui a clases de música ni cosas de esas, pero sin embargo, tenía mucha imaginación e ideas y cuando me propongo hacer algo, lo consigo. No tenía letra, solo una introducción y poco más. Pensaba enseñárselo a los chicos para ver si les gustaba y podíamos hacer algo con ello.

To be continued...
Lo sientooo!! T_T Sé que han sido varios meses sin subir ningún capitulo y entenderé que ya no me queráis seguir leyendo xD Se me habían ido las ganas y me empezaba a aburrir el fic u.u Pero ahora me han vuelto a venir las ganas por lo que subiré capitulos de nuevo y mas a menudo ^^
Un saludo!! y comentad! :3

lunes, 9 de mayo de 2011

Capítulo 7: Enemigo

- Okay, iremos. – Dijo finalmente Gee con voz firme.
Ambos sonreímos. Ahora solo quedaba que cuando estuviésemos el viernes tocando, dijese algo así como: chicos, ¿sabéis tocar “tal” canción?, y seguidamente nos pongamos a tocarla y él nos acompañe cantando… ¿WTF? ¿Pero en que estoy pensando? ¡Eso no es nada real! Parece una película o algo parecido, las cosas no suceden así de perfectas.
- ¿Y qué instrumentos tocáis cada uno? – Dijo Gerard algo curioso.
- Pues Bob toca la batería y Ray y yo tocamos la guitarra. Yo creo que Ray de mayor será como Slash… es una máquina. – Le respondí ilusionado.
- ¿Ah sí? Pues Mikey toca el bajo, a lo mejor quiere tocar con vosotros.
¡A sí que el bajista era su hermano! Wow… estaría genial que Gerard y Mikey se metiesen en nuestro “grupo”, aunque… todavía no tiene ni nombre.
- Es una buena idea, ¿verdad Frank? – Dijo Bob.
- Si, sería genial.
Entonces entro la profesora y comenzó la clase. Gerard hizo ver que era un chico inteligente y aplicado en los estudios, aunque también parecía aburrirse en clase. Estuve observándole discretamente durante toda la clase, era… intrigante.
Al fin llegó el recreo y nos fuimos todos a fuera, aunque faltaba alguien… De repente se formó un corro alrededor de dos chicos. La cosa no pintaba nada bien.
- Chicos, ¿Habéis visto a Mikey? – preguntó Gerard angustiado.
- No – respondimos todos a la vez.
Nos acercamos al corro para poder ver que pasaba. Nos encontramos con el “malote” del instituto. Se llamaba Blade y tenía como pasatiempo “tomar prestados” móviles, reproductores de música, o cualquier cosa electrónica. Eso si, como te quejases o te chivases, eras hombre muerto. Nunca me he llevado bien con él, ya hemos tenido varios encuentros. No me gusta nada que se porte así con los demás…
- ¡Mikey! – gritó Gerard al verle frente a Blade.
Gerard fue corriendo hacia Mikey para llevárselo de allí y evitar problemas. Entonces Blade se quedó un poco sorprendido por el atrevimiento de éste.
- Eh, eh, eh, ¿Qué coño haces? – dijo Blade algo cabreado.
- Deja a mi hermano. – dijo Gee. Sentí como le empezaba a temblar el pulso.
- ¿Qué le deje? No me quiere dejar ver su móvil, parecía bonito. – Dijo Blade en tono sarcástico.
- Vámonos Mikey. – dijo Gee agarrando a Mikey del brazo y dándole la espalda a Blade.
Me esperaba lo peor. Blade agarró a Gerard y le tiró al suelo. Eso me tocó demasiado la moral, tanto que mi reacción fue darle un puñetazo en la cara. Mikey fue corriendo al lado de Gerard. Ambos estaban sorprendidos, seguro que su antiguo colegio de niños pijos no ocurría nada de esto nunca. A Blade le empezó a sangrar la nariz.
- ¡FRANK! ¡¿TU OTRA VEZ?! ¡¿QUÉ MIERDA TE PASA?! – me dijo Blade muy enfadado.
- Primero: no me chilles; Segundo: la pregunta es: ¿Qué coño te pasa a ti? Creo que la última vez te dejé bastante claro que no tocases a mis amigos.
Entonces Blade se abalanzó sobre mí. Ambos nos empezamos a pegar. El corro que se estaba formando a nuestro alrededor cada vez era más grande y ruidoso. Escuchaba a los amigos de Blade dándole ánimos, pero escuchaba a mucha más gente animándome a mí. De repente vi que Ray y Bob acercarse rápidamente para separarnos.
- Déjale Frank, no vale la pena. – me susurró Ray al oído.
Todo el mundo se dispersó. Me acerqué a Gerard y le dije:
- Gerard, si se os vuelve a acercar u os amenaza o algo parecido, no dudes en decírmelo.
- Frank… tienes heridas por toda la cara ¿y todavía sigues pensando en pelea?
- No me gustan que se metan con mis amigos.
- Eres muy cabezón, pero gracias de todas formas, no sé que hubiese pasado si no hubieses intervenido… seguro que puedo agradecértelo de alguna forma.
- Bueno… ya se me ocurrirá algo. Pero eso no importa.
- Okay – me contestó con una pequeña sonrisa. A penas se le veía pero fue suficiente para hacerme sonreír a mí también.
Tocó la campana que marcaba el final del recreo. El resto de la mañana estaba pasando rápida y tranquila. Pero en medio de la clase de historia llegó la jefa de estudios, la señorita Lilian. Estaba con Blade. Llamó a la puerta. La Profesora Lynz lo primero que hizo antes de abrir la puerta fue mirarme y decir “Qué habrás hecho ahora Frank...”. Lilian saludó a toda la clase y me pidió que saliese a habla con ella. Todos me seguían con la mirada. Alguien había dado el chivatazo de que nos habíamos peleado en el recreo. Ambos tuvimos que dar explicaciones y disculparnos. Todo salió bien, excepto por el pequeño detalle de que nos expulsaron a ambos tres días y que Blade y yo seguíamos siendo enemigos. A ver como se lo contaba a Ray... en estos últimos días hemos discutido más que de costumbre y la cosa está un poco... tensa. La señorita Lilian me dio el papel de expulsión y entré de nuevo a clase. Al verme con la hoja en la mano la gente ya sabía que era lo que había pasado, exceptuando a los que les importa una mierda los demás y nunca se enteran de nada, pero sin embargo son los que comienzan con los murmullos en la clase. Más de una vez me he metido con ese tipo de gente, siempre se meten donde no les llaman. Me gustaría saber quién es el que se ha chivado a la señorita Lilian, aunque supongo que habrá sido algún profesor.
Se terminó la mañana. Gerard y yo nos pusimos a esperar a Ray y a Mikey para irnos a casa.
- Frank... ¿Cuántos días te han expulsado? – preguntó Gee tímidamente.
- Tres.
- Lo siento...
- No pasa nada Gee, no ha sido culpa tuya.
Llegaron Ray y Mikey y nos fuimos para casa. Pensé que de camino a casa era un buen momento para contarle a Ray lo de la expulsión.

Continuará...
Si, se que es muy cortito y que he tardado mucho en subirlo, pero es que no he tenido ni tiempo ni ganas xD (de todas formas tenéis motivos para odiarme u.u) En fin, quiero que penséis en: ¿cómo reaccionará Ray ante la noticia? ¿que pasará el viernes? ¿como irá la cosa entre Gee y Frank? Muajaja! Lo sabréis si seguís leyendo xD
Un saludo! Y muchisimos perdones... u.u

jueves, 31 de marzo de 2011

Capítulo 6: Delicias de pollo

Ray había bebido y se había quedado dormido en la mesa de la cocina. Me acerqué a él y le zarandeé un poco para que se despertase. Ya me daba igual que se enterase de que había llegado, porque tal y como se encontraba…
Abrió los ojos con algo de dificultad. Levantó la cabeza y se limpió las babas que tenía en la barbilla con la manga de la camiseta.
- Frank, ¿Dónde coño has estado?
- Estás borracho. Levántate, te voy a ayudar a llegar a la cama.
- ¡No quiero irme a la cama! ¡Quiero que me digas donde has estado!
- ¡No eres mi padre! ¡No puedes controlarme como si lo fueses, ni tampoco tienes ningún derecho a gritarme!
- ¡Que te jodan Frank! ¡Dime dónde mierda has estado!
- Vete a la mierda, ¡Creía que habías dejado de beber definitivamente!
- Puedo beber un poco si quiero, no puedes decirme lo que debo hacer…
- Ni tú a mi. Hasta mañana Ray.
- ¡¿A dónde vas?!
- A dormir. ¿Y sabes dónde? EN-LA-CA-MA, y no en la mesa como lo vas a hacer tú.
- Yo también voy a ir a la cama a dormir.
- ¿Si? Pues si te digo la verdad no sé como, ni siquiera eres capaz de mantenerte en pie.
- Pues ayúdame.
- Pues te vas a ir jodiendo porque ya te he intentado ayudar antes y has pasado de mi, a si que el que pasa ahora soy yo.
- Frank ayúdame…
- Buenas noches.
- Frank…
Y se volvió a quedar dormido. Me fui a mi cama con su portátil. Agregué a Gerard al correo electrónico y al poco rato ya estaba durmiendo.
No paré de dar vueltas en toda la noche. Me despertaba cada cuarto de hora, como mucho dormía media hora seguida, por lo que no me costó nada levantarme pronto para llegar puntual y no hacer esperar a Gerard.
Eran las siete. Ray ya estaba Levantado, y seguramente con una resaca impresionante. Me duché, me vestí y me fui a la cocina a desayunar. Ray no había preparado nada para desayunar, a si que me comí unas cuantas magdalenas acompañadas de un buen vaso de leche. Ray no me dirigió la palabra en ningún momento, ni siquiera me miró. Estaba de pie y con una taza de café humeante en la mano derecha, mirando fijamente a través de la ventana. Cuando me disponía a salir de la cocina se giró y dejó la taza sobre la mesa.
- Frank.
- ¿Qué?
Hubo un silencio algo incómodo.
- ¿Cómo es que te has levantado tan temprano? ¿Te ha picado algo? – y seguidamente sonrió.
Me sintió como una patada en el culo. No entendía como después de todo lo que había pasado ayer podía estar de broma.
- No podía dormir. Ray…
- Dime.
- ¿Por qué coño lo hiciste?
- No lo sé.
- Llevabas un año sin beber nada.
Si, Ray era alcohólico. La verdad es que es bastante lamentable ser alcohólico a los 17 años. Hace un año, Ray me prometió dejar de beber para así poder conseguir mi custodia y poder vivir con él en su apartamento, y librarme así de mis horrorosos tíos.
- No lo entiendo, ayer me contaste que si no aprobabas las notas nos quedaríamos sin poder vivir aquí juntos, y coges y te pones a beber. Si se entera el asistente social te quitarán mi custodia, Entonces Ray, estaríamos en las mismas.
- No tiene por qué enterarse. Lo siento Frank, no tenía que haberme portado así ayer, pero es que eran muchas cosas que vinieron a la vez y perdí los nervios…
- Supongo que es normal. Bueno, venga que nos están esperando.
- ¿Esperando? ¿Quién?
- Gerard, quedé con él a y diez para ir al instituto.
- Ah… osea que era por eso por lo que te has levantado tan pronto. – se rió – Bueno, por lo me nos ha conseguido que te levantes antes. Ya hay algo positivo. – y puso cara de “aceptación”.
- ¡No es por él! Ya te he dicho que era porque no podía dormir…
- Ya, ya. Bueno, guárdate el almuerzo. Es un bocadillo de delicias de pollo.
- ¡OH! Dios hacía un montón que no preparabas uno.
Fui a por la mochila y guardé el bocadillo.
- ¡Ray! ¿Estás listo?
- Si, espera.
Me encontraba en la puerta. De repente Ray se asomó por la cocina con una bolsa llena de latas para tirarlas a la basura. Eran cervezas, tanto llenas como vacías.
- Ray, me acabas de alegrar el día. – Ambos sonreímos y salimos de casa – Espero que no lo vuelvas a hacer.
- Te lo prometo.
Gerard y un chico nos estaban esperando en la calle. Ray tiró la bolsa y nos dirigimos hacia ellos.
- Hola Gerard. – dijo Ray algo incómodo.
- Hola Ray. Mirad, os presento a mi hermano, se llama Mikey.
Ambos le saludamos. Era un chico un poco más bajo que Gerard, con el pelo castaño y unas gafas con los cristales rectangulares, de unos… 13 años. Tenía pinta de ser muy tímido.
Empezamos a andar. Se me hacía raro no ir corriendo hacia el instituto.
- ¿Y cómo es que ayer no viniste al instituto con Gerard, Mikey? – Dios… que cotilla que soy.
- Pues… es que ayer no me encontraba muy bien…
- Estaba muy nervioso y se puso enfermo, por eso me retrasé ayer. Es que es un poco tímido. – Dijo Gerard rápidamente.
- Bueno, si no quieres estar solo puedes venirte con nosotros, seguro que te lo pasarás bien. Y si necesitas ayuda en algo o tienes algún problema yo te puedo ayudar, excepto si es con los estudios… no se me dan muy bien. – ambos nos reímos – ¿Okay? A sí que no te preocupes, que estarás con buenas compañías.
Ya estábamos llegando al instituto. Cada uno nos fuimos a nuestras clases, y por primera vez en mucho tiempo, la señorita Lilian no nos había echado la bronca por haber llegado tarde. Gerard y yo nos dirigimos a nuestros sitios. Bob estaba en el suyo, él siempre llega pronto.
- Wow, no me lo puedo creer… ¿Frank llegando pronto?
- Pues ya ves tío, raro ¿verdad? Que conste que a partir de ahora voy a legar pronto siempre.
- Bueno… eso ya se verá. Bueno, ¿y tú que tal Gerard?
- Muy bien, ¿y tú?
- Aquí estamos… oye Frank, este viernes podríamos quedar para tocar un rato. Gerard, creo que no hará falta decir que puedes venirte, ¿no? Además, seguro que nos lo pasamos bien.
- Que cosas dices Bob, siempre nos lo pasamos bien, aunque sea estudiando o haciendo la cosa más aburrida del mundo, SIEMPRE nos lo pasamos bien. A sí que bueno, me parece buena idea lo de quedar para tocar un rato, además, hace tiempo que no ensayamos nada.
- ¿Ensayar? Si ni siquiera somos un grupo completo, tendríamos que buscar a más gente… o por lo menos a un vocalista.
Esperaba a que Gerard dijese algo, él sabe cantar y escribir buenas letras, nos vendría muy bien a alguien así en el grupo, pero sin embargo se quedó callado.
- Bueno, ¿entonces qué? ¿Te vendrás el viernes Gerard? – dije poniéndole ojitos. Le arranqué una bonita sonrisa, como me gustaba esa sensación que sentía cuando le hacía sonreír. – Si quieres puedes decirle a tu hermano que se venga.

Continuará... 
!Já! Esta vez me he dado prisa xD El siguiente capítulo también será dentro de poco, solo he añadido lo que acabo de pasar al ordenador pero aún me queda mucho más por pasar. =)
Ya le pega al fic el título! Fra-Frank, ge-Gerard, mik-Mikey *_____* pero bueno, lo importante es que os esté gustando... ¿os está gustando? xD decidme si he aflojado o algo... o si hay alguna cosa que debería cambiar... nose, ¡pero decidme algo! jajaj =D
Un abrazo! =3

domingo, 27 de marzo de 2011

Capítulo 5: ''Shake it''


- A lo mejor con el tiempo consigo que ese carácter cambie.
- ¿Eso significa que vamos a ser amigos durante mucho tiempo?
- (risas) Eso espero. – Le guiñé el ojo y me levanté – Voy a dar una vuelta, ¿te vienes?
- Vale, así me enseñas un poco la zona, que estoy muy perdido…
- Si, es una buena idea.
Caminamos un rato por las calles del barrio, hablando, riéndonos, estrechando una nueva y bonita amistad.
- Mira, esa es mi cafetería favorita. Hacen unos capuchinos riquísimos y además, tienen helados de todos los sabores.
- ¡Me encanta el capuchino! Y el helado de chocolate… es un vicio. – me dijo poniendo cara de goloso y pasando la lengua por su labio superior.
Ambos echamos una pequeña risa.
- ¿Entramos? -dije algo impaciente.
- Okay.
Entramos y nos colocamos en el sitio donde me solía sentar siempre. Estaba al lado de la ventana, en una de las esquinas. Se veía transitar a la gente, a los coches, el parpadeo de los semáforos y los neones de las tiendas. He pasado muchas tardes en esta cafetería, solo y acompañado, pero siempre a gusto, este sitio me encanta.
Le di la carta a Gerard, a mí no me hacía falta ni mirarla, ya me la sabía entera de memoria, no había ni un solo café, postre o helado que no hubiese probado ya.
- ¿Qué vas a pedir Gee?
- Un helado de…
- Te recomiendo el “Shake it”
- ¿De qué es?
- Agárrate: tres bolas de helado, una de chocolate negro, otra de chocolate con leche y otra de nata. Seguidamente se le añade unos chorros de leche condensada y unos trocitos de chocolate blanco y de chocolate negro por encima. Todo ello se sirve en una gran copa de cristal con dos tubitos de barquillo y una pequeña cuchara. ¿Cómo te quedas?
- Wow, tiene que estar riquísimo, creo que voy a pedir ese. Aunque… ¿No será un poco empalagoso?
- No, créeme. La verdad es que este helado se sirve en la cafetería gracias a mí. Es un helado con una buena historia. – dije soltando una pequeña sonrisa al haber recordado aquellos momentos.
- ¿Una historia? Cuenta, cuenta.
- Te la cuento ahora mientras nos tomamos el helado, ¿Okay?
- Okay.
- Voy a por ellos, no tardo.
Fui al mostrador. Saludé al encargado, me conocía, aparte de por la historia del helado, porque era cliente habitual y habíamos cogido algo de confianza. Se llamaba Jake. Era un chico joven al que su abuelo le había dejado en herencia este pequeño negocio familiar. Éste decidió llevarlo solo, aunque de vez en cuando tiene la ayuda de sus padres y de su hermana.
- Jake, ¿Me preparas dos “Shake it”?
- ¿Dos? – me dijo poniendo cara de sorprendido y a la vez moviendo las cejas.
- Si, es que he venido con un amigo, es nuevo en el barrio y he pensado que sería buena idea traerle aquí.
- Oh… creía que veías con una chica. – soltó una pequeña risa.
- Ya… bueno, ¿Cómo van los helados?
- Ya están listos, toma.
Le pagué y llevé los helados a la mesa.
- Frank, no habrás pagado ya los helados, ¿verdad?
- Si, ¿por?
- Oh, lo siento. Pensé que los pagarías después, toma el dinero.
- No, ni se te ocurra, lo he pagado yo todo porque quería invitarte, a si que no pienso aceptar nada de dinero. ¿Okay makey?
- Okay, pero la próxima vez invito yo, ¿vale?
- Vale.
- Bueno, ¿me vas a contar la historia del helado?
- Por supuesto. A ver… fue hace uno o dos veranos. Bob, Ray y yo estábamos dando una vuelta y decidimos venir a tomarnos un helado. Estábamos sentados en esta misma mesa, como siempre. Empezamos a hablar de cómo sería trabajar aquí. Poder comer todos los helados y pastelitos que quisieses. No sé cómo llegamos a hacer una apuesta. Decían que no era capaz de hacerme pasar por uno de los empleados.
- (risas) ¿lo hiciste?
- ¡A Frank Iero no le puede desafiar nadie! Más que nada porque todo el mundo que me desafía acaba en mal lugar. Siempre consigo todo lo que quiero o pretendo conseguir.
- Si, se te ve en la cara. – Me dijo entrecerrando los ojos y mirándome a los míos.
- (risas) ¡Fuck yeah! Bueno, por donde iba… ¡ah sí! Bueno pues al día siguiente volví a la cafetería y me colé dentro de la habitación esa donde suelen tener sus cosas los empleados. Miré bien antes de hacerlo, porque si no me podía quedar sin tomar ningún capuchino más en este sitio. Cogí uno de los uniformes. Ponía que era de una tal… Nancy o Mandy. No sé, no lo recuerdo muy bien, pero lo del nombre explicaba porque era tan estrecho. – Ambos nos empezamos a reír – salí al mostrador. Ray y Bob estaban sentados en nuestra mesa. De repente una chica súper guapa, ojos azules, pelo de un castaño clarito, y una camiseta de Metallica. Dijo “Hola,” y se quedó mirando la plaquita del nombre de mi camiseta fijamente y continuó “Nancy… ¿Me puedes preparar un helado?” Me puse muy rojo y le dije “lo del nombre tiene una explicación…” pero claro, a ver que explicación le daba. Los chicos estaban viendo y escuchando todo. Se empezaron a reír a carcajadas. Me estaba muriendo de vergüenza, pero levanté la cabeza y le dije: “¿Sabes qué? Te voy a preparar el mejor helado que vas a probar en tu vida” Cogí una copa y empecé a añadir ingredientes. No tenía ni idea de lo que estaba haciendo, lo terminé cuando ya no veía más cosas que me gustasen para echarle. Se lo di a la chica y puso cara de sorpresa. Me dijo “tiene buena pinta” y lo primero que me vino a la cabeza fue decirle “Mejor sabrá. Me has alegrado el día, a si que invita la casa” dije haciéndome el simpático, además de que no iba a cobrarle por un helado que al saber si estaba bueno o no. La chica se limitó a decir “muchas gracias” y a sentarse en una de las mesas. Estaba de los nervios, creía que no le iba a gustar y que me iba a meter en un buen marrón, pero lo probó y puso una cara de placer que no te la podrías ni imaginar. Cuando me quise dar cuenta, tenía a el encargado, Jake, justo detrás de mí. Me dio unos toquecitos en la espalda y me dijo “creo que ese uniforme que llevas puesto es el de mi hermana”. Me quedé paralizado, se me habían subido los huevos hasta las orejas, pero justo volvió la chica de antes y dijo súper contenta “Perdona, ¿me podrías preparar otro helado como el de antes? Tenías razón, estaba riquísimo.” El encargado me miró fijamente y me dijo algo enfadado “¿Qué helado?”. Me  puse a pensar en un nombre. Justo en ese momento me empezó a vibrar el móvil, eran los chicos que estaban empezando a rayarse porque la cosa se estaba empezando a poner negra. De repente dije “¡Shake it!”. Jake puso una cara un tanto extraña y me dijo que lo preparase, pero no uno, sino dos, porque él también quería probarlo. Los preparé y le di uno de los helados a la chica y otro al encargado. La chica dijo “Con este helado seguro que hacéis un buen negocio, ¡ahora mismo voy a llamar a mis amigos para que vengan a probarlo!” A Jake también le pareció delicioso, por lo que hicimos un trato, yo le daba la receta y él me perdonaba por colarme y vestirme con el uniforme de su hermana. Ahora el “Shake it” es la especialidad de la cafetería. La chica me dio su teléfono, pero si te digo la verdad nunca la llamé, ni siquiera recuerdo su nombre.
- Mmm… pues tengo que reconocer que está delicioso. Una gran historia, ¿en serio que te salió así de pura suerte?
- Sep, la cocina no se me da nada bien.
Estuvimos hablando hasta acabarnos el helado. Cuando nos quisimos dar cuenta eran ya las 11. Si no fuera porque el encargado de la cafetería era amigo mío, ya nos habría echado hace dos horas.
- Chicos, es muy tarde, tendría que haber cerrado a las 9. Tenéis que marcharos. – Dijo Jake.
- Lo siento Jake, no nos habíamos dado cuenta.
- Ya nos veremos, además, mi padre se estará preguntando donde estoy. – Dijo Gee algo preocupado.
Nos despedimos de Jake y nos fuimos a casa. Al cabo de 10 minutos ya habíamos llegado.
- Gee, ¿quieres que entre contigo para explicarle a tu padre dónde y con quien has estado? No quiero que te regañen por mi culpa.
- No Frank, no hace falta, pero de todas formas muchas gracias.
- ¿Seguro?
- Si, tranquilo, no te preocupes. Nos vemos mañana.
- Okay… como quieras. Hasta mañana Gee.
Fui hacia mi puerta. Suspiré fuertemente, a saber cómo estaba Ray. Seguro que estaba muy enfadado, o preocupado, o… ni idea. Abrí la puerta y entré sin hacer nada de ruido. Intenté cerrar sin que se sintiese el sonido de la cerradura, pero era prácticamente imposible, menos mal que no sonó demasiado, no quería que Ray se diese cuenta de que había llegado.
Me asomé a la cocina y me encontré con algo un tanto desagradable.

To be continued...
SORRY T__T no era mi intención tardar tanto... pero es que con los examenes y los trabajos y eso... aunque luego los suspendiese, tenía que intentar estudiar y hacerlos y el tiempo era escaso, a si que porfa plis perdonadme la tardanza u.u
PD: espero que os haya gustado el capítulo, tengo algo más escrito, pero tengo que pasarlo al ordenador, y además es muy poquillo xD Un saludín! e intentaré no tardar tanto xD